Después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar. Decidí no esperar las oportunidades, sino buscarlas. Ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución. Cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis. Cada noche como un misterio a resolver. Decidí ver cada día como una oportunidad de ser feliz. Aquel día descubrí que mi único rival son mis propias debilidades, y que en ellas se encuentra la mejor forma de superarme. Dejé de temer perder .. Y empecé a temer no ganar.
Igual que el mosquito mas tonto de la manada ~
viernes, 3 de julio de 2009
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